Antes de nada, para quienes no sepáis qué es un plan de continuidad, explicaros qué se trata de un documento donde quedan plasmadas las fases, tareas o protocolos que debe poner en marcha una empresa para restaurar su actividad después de sufrir un incidente inesperado. 
 
¿A qué nos referimos con un incidente inesperado? A cualquier suceso que pueda poner en jaque a una empresa por completo. Por ejemplo, un incendio o un ataque informático a gran escala.
 
Normalmente, este plan de continuidad se conoce por sus siglas en inglés, BCP (Business Continuity Planning), y se aplica especialmente al ámbito de la informática dentro de una organización. 
 
Hoy en día todas las empresas tienden a la total integración y digitalización, así que, cualquier incidente informático supone un peligro para la actividad empresarial tan importante como el colapso de las instalaciones físicas por hechos como una inundación. 
 

 Un plan de continuidad para garantizar el futuro empresarial

 Mientras mejor diseñado esté un BCP, mejor capacidad de respuesta tendrá una empresa ante desastres imprevistos. 

De ese BCP va a depender el tiempo de reacción, la eficacia de las acciones llevadas a cabo y, como consecuencia, la importancia de las pérdidas. Así, el BCP es vital para asegurar el futuro de una entidad, más aún cuando los ataques cibernéticos se multiplican y prácticamente todos los procesos de una empresa pasan por sistemas de datos. 
 
En ese documento de trabajo deben plasmarse los profesionales y medios necesarios para poner en marcha las acciones requeridas para esa vuelta a la normalidad tras sucesos indeseables o emergencias como, por ejemplo, la caída de los servidores. Hablamos de procedimientos por fases y tiempos de aplicación, personal implicado, backups necesarios, etc., ya sean en las fases de prevención, detección o en las de corrección de problemas suscitados.
 
Y por supuesto, dicho plan debe revisarse, evaluarse y llevarse a fase de prueba.
 
La necesidad de contar con un plan de continuidad cuando operamos en la nube
 
En Incibe, Instituto Nacional de Seguridad, nos recuerda la importancia de contar con un plan de continuidad de negocio cuando operamos en la nube. Tal y como señala, el modelo de cloud computing es muy beneficioso para aquellas pymes sin capacidad real para digitalizar ciertos procesos. Contar con proveedores externos, en este sentido, facilita la carrera hacia la competitividad de las más pequeñas, pues les brinda profesionales y herramientas adecuadas a bajo coste.
 
Sin embargo, deben cerciorarse de que esos proveedores que operan en la nube, ya sean de servicios como el correo electrónico o de sistemas de gestión como el CRM, cuentan con un plan de continuidad que garantice su actividad y la de sus clientes en caso de problema de seguridad o desastre natural. De esta forma, estarán salvaguardando sus intereses.
 
Ese plan de continuidad del proveedor debe cumplir los requisitos mínimos y no exime a la empresa que contrata los servicios de contar con un plan propio, al menos uno de recuperación de desastres, por lo que pudiera ocurrir. Esto facilitaría mucho las cosas en caso de que el proveedor de servicios en la nube colapse, pues permitiría a la empresa recuperar sus datos y sistemas para migrarlos a otra solución cloud.

En definitiva, si tu empresa de servicios en la nube no cuenta con un plan de continuidad, sería más que aconsejable que acudas a una que sí lo tenga. ¿Te ayudamos a implementar un plan de continuidad en tu empresa?